Cambiar la fachada de tu hogar puede darle una nueva vida a tu vivienda. No suele ser la reforma más habitual en las casas, puesto que el presupuesto destinado a mejoras suele gastarse en el interior. Sin embargo, una intervención en tu fachada puede aportar muchas ventajas. Al fin y al cabo es la carta de presentación de tu hogar.
¿Hasta qué punto puedo cambiar mi fachada? Lo primero a tener en cuenta es dónde está ubicada tu casa. Los condicionantes de una urbanización o un edificio de viviendas determinarán hasta qué punto poder modificarla. Si tu caso es el de una casa independiente, tendrás más libertad para intervenir la fachada. Te contamos algunas ideas para intervenirla, sea cual sea, tu caso.
Cambiar tu fachada con o sin obra
Aunque para los amantes de la reforma una obra no supone ningún conflicto, para otras familias contar con albañiles y pintores para mejorar la fachada puede ser un infierno. Es importante que valores hasta qué punto quieres contar con profesionales para dar una nueva vida al exterior de tu hogar.
Una fachada nueva para un nuevo hogar
Si cuentas con una casa independiente y puedes intervenirla a tu antojo contarás con más opciones para modificarla. Puedes intervenir en el color, pero también en los materiales que la conforman. Añadir madera, colocar una pared de piedra rústica o modificar las ventanas pueden ser opciones interesantes para tu hogar.
Una reforma en tu fachada para aportar otra vida
Aunque a priori pensemos que cambiar la fachada supone modificar la estructura exterior, existen opciones para reformar la fachada sin obra. Desde intervenir solo en el color, hasta el trabajo con los jardines verticales o el acristalamiento. Diferentes opciones que pueden aportar ese cambio de fachada que llevas buscando desde hace un tiempo.
Ideas para cambiar la fachada de tu casa
Como te decíamos al principio no es lo mismo intervenir una fachada de un edificio de viviendas, que trabajar sobre una casa independiente. Si tu hogar forma parte de una urbanización, es probable que existan diferentes características estéticas que no puedas modificar. Consulta siempre con tu comunidad de propietarios para conocer al detalle hasta que punto puedes intervenir tu fachada.
Cambiar el color de tu fachada
Cambiar la fachada interviniendo en el color de la misma puede ser una solución ideal. Ya sea un trabajo realizado por ti o contratado a profesionales, cambia la visión externa de tu hogar. Valora los colores que hay en los alrededores y piensa en otras cuestiones como su mantenimiento.
Si optas por tonos granates que recuerdan a la piedra caliza, puedes encontrarte con rozaduras provocadas por el paso de la bicicleta o manchas producidas por la canaleta que deja salir el agua. Existen tonos más claros, ya sean blancos o tonos hueso que pueden aportar esa calidad exterior, pero que también pueden ser más duraderos. Colores como el albero o los distintos tonos tierra pueden ser perfectos para tu hogar. Valora cuestiones como el clima, ya que el efecto de la lluvia o el impacto del sol pueden hacer que te decidas por un tono concreto.
Intervenir tu fachada con materiales
Desde la madera a la piedra, la selección de materiales de recubrimiento de exterior puedan aportar esa estética rústica a tu hogar y facilitar su mantenimiento. Manchas de verdín, rozaduras diversas con pelotas o bicicletas o el impacto continuado del humo de tu barbacoa pueden ser suficientes para decidirte. Si esa pared requiere una mano e pintura casi todos los años, puede que sea la zona ideal para intervenir.
Mide correctamente la pared en cuestión. Puedes cubrirla al completo o crear un zócalo que aporte ese cambio que buscas. Tienes diferentes tipos de piedra en el mercado, pero también de maderas exteriores, por lo que será importante valorar los tonos disponibles o la resistencia al agua. Sería absurdo cubrir una pared con piedra para encontrar humedades en pocos meses, por lo que es importante que valores qué aporta cada material a tu fachada, también para su mantenimiento.
La cerámica cambia tu fachada
A la hora de cambiar la fachada existen variables en el ámbito de la cerámica de exterior que pueden hacer volar tu imaginación. Desde diseños más modernistas hasta dibujos más tradicionales disponibles en distintos colores. Seleccionar una zona de zócalo y cubrirla con cerámica puede aportar ese cambio que buscas. Un área fácil de limpiar que puede ser el soporte perfecto para la barbacoa, pero también el lugar ideal en el que apoyar las bicicletas cuando entran corriendo a por la merienda.
Es importante que valores los tonos, pero también la cantidad de losetas que vas a necesitar para poder componer tu nueva pared con las medidas exactas. Ten en cuenta que precisará de un mantenimiento sencillo, puesto que con algo de agua podrás dejar tu nueva pared limpia y reluciente. Si cuentas con pequeños en casa, es probable que tonos más oscuros sean más efectivos que los claros. Si es una pared en la que el sol impacta de forma muy directa, puede que se recalienten, valora la orientación para terminar de tomar tu decisión.
Jardines verticales para tu nueva fachada
Aunque es importante que la instalación se genere de forma correcta, contar con una pared convertida en jardín vertical puede traerte ventajas como la reducción de la temperatura interior. Además, la presencia de plantas aportará a tu hogar una apariencia de frescor y naturaleza muy agradable. Valora qué tipo de plantas puedes colocar y cuenta con profesionales para ello, puesto que es importante evitar las humedades, así como generar un sistema de riego por goteo que permita a tu jardín vertical una vida amplia. Si tu vivienda se encuentra en una zona de excesivo calor, podrás seleccionar plantas más adecuadas, del mismo modo que si tu casa está ubicada en un clima frío. Valora la extensión, pero también el mantenimiento. Sentir que tu casa está en mitad de la naturaleza puede ser más sencillo de lo que parece.
Acristalamiento para cambiar tu fachada
Un cerramiento de cristal puede ser una forma ideal de cambiar tu fachada sin necesidad de obra. Las terrazas y balcones de tu fachada, dotados de cortinas de cristal, pueden favorecer una estética elegante de líneas rectas que te aporte ese cambio que buscas.
El acristalamiento puede colocarse en cualquier tipo de fachada, aunque tu casa forme parte de un edificio de viviendas. Al tratarse de una instalación desde el interior de tu terraza o balcón, no tendrás que solicitar permiso de obras. Del mismo modo, el cerramiento de cristal te aporta ventajas inesperadas, más allá de la estética.
Ventajas del acristalamiento para cambiar tu fachada
No solo estarás modificando a nivel estético tu casa, ya que el vidrio templado aporta elegancia al edificio. También aportarás calidad de vida a tu hogar, puesto que las cortinas de cristal reducen la entrada de ruido, aumentan la seguridad de tu hogar y disminuyen el consumo energético.
Su sistema de apertura y cierre te permitirá decidir cuándo disfrutar de tu terraza a pesar del impacto del viento, o bien, cuando abrirla para aprovechar la brisa. Un cambio en la estética de tu fachada que incidirá de forma directa en tu calidad de vida, pero además aumentará el valor actual de tu vivienda.
