Convertir la terraza en una habitación es una idea que habrá rondado alguna vez tu cabeza. Pero ¿por qué una habitación? Y, ¿qué tipo de habitación? Esas son algunas de las preguntas que te planteamos. Querer transformar tu terraza en otra estancia y habilitarla, por ejemplo, como un dormitorio puede que responda a una necesidad de espacio. Algo comprensible, especialmente hoy día. Aunque puede ser una solución, deberías considerar las muchas posibilidades que puede ofrecerte acondicionar tu terraza para su uso durante todo el año, sin necesidad de renunciar a su esencia como un espacio privilegiado y abierto de tu hogar.
Y es que todo lo que ocurra en tu terraza está por inventar, por definir. No hay nada escrito, ninguna norma que impida que este espacio se convierta en lo que tú quieras que sea. No es como el salón, ceñido al uso como comedor, donde la televisión –indiscutible protagonista– y los sofás lo copan todo. Tampoco es como un dormitorio, un lugar donde la cama, los armarios y el escritorio invaden un espacio diseñado prácticamente para dormir. Tampoco es como la cocina. La terraza es, simplemente, un lienzo en blanco.
Aquella concepción antigua de los cerramientos de aluminio para terrazas que servían para ampliar una determinada estancia de la casa: el salón, un dormitorio…ha quedado obsoleta. El concepto de acristalamiento para terrazas ha supuesto una verdadera revolución y ha llegado para quedarse. En este post te ayudamos a que te inspires, a que no te limites en posibles usos y empieces a proyectar qué cosas tener en cuenta para convertir la terraza en tu espacio favorito de la casa.
Ideas para convertir una terraza en una habitación del presente
Si de algo nos hemos dado cuenta estos últimos meses es que la idea que teníamos de terraza cerrada (de forma permanente) para convertirla en una habitación, en sentido tradicional, es cosa del pasado. Las formas de vivir el hogar y las prioridades han cambiado muchísimo en los últimos meses. La terraza es un espacio tan versátil y con tantas posibilidades de disfrute, que limitar su uso parece no tener ningún sentido hoy día.
La terraza se ha vuelto un espacio, con multitud de usos, imprescindible para conectar el interior de la casa con el exterior, para liberar el estrés acumulado durante todo el día sin necesidad de salir a la calle, para dar rienda suelta a nuestra imaginación creando diferentes ambientes. Un espacio en donde con solo un gesto, correr las cortinas de cristal Lumon, puedes decidir si estás dentro o fuera, si quieres que entre el aire y el sol o si prefieres proteger tus muebles del polvo y de las inclemencias del tiempo.
Concebir la terraza como un espacio cálido de trabajo
La posibilidad de trabajar en remoto parecía una cosa del futuro o al alcance de solo unos pocos privilegiados. La flexibilidad en el entorno laboral es hoy día una realidad, por lo que contar con un lugar habilitado como oficina en la propia casa parece ser cada vez más necesario. Imagina tener un despacho con la luz más bonita y natural que puedas imaginar, con todo el silencio del que nunca disfrutaste en tu antiguo puesto de trabajo, con la posibilidad de descansar unos minutos y relajarte, realizando algunos ejercicios de yoga, de pilates, de respiración…
Convertir tu terraza en un espacio para el ejercicio
Hablando de relajarse, de detenerse, de dedicarse unos minutos a uno mismo a diario para equilibrar el organismo, para balancear… Puedes convertir tu terraza en una habitación que te permita realizar aquellos ejercicios físicos que mejor te sienten. Un pequeño gimnasio que reúna desde la clásica bicicleta estática hasta unas mancuernas, gomas, y una esterilla. Incluso puedes crear un rincón de meditación.
Si entra demasiada luz y necesitas atenuarla solo tendrás que bajar los estores de tus cortinas de cristal Lumon y diseñar la iluminación que necesites –tienen múltiples posiciones–. Un poco de incienso, una vela aromática y música suave (o ¿mejor el silencio?) y tendrás un espacio a medio camino entre el ruidoso exterior y la tranquilidad de tu hogar donde realizar tus ejercicios favoritos.
La más bella habitación del mundo
Los espacios en los que vivimos son extensiones de lo que somos. Y, además, aquello a lo que llamamos hogar son ideas que pueden estar cambiando todo el tiempo. Permítete darle una vuelta a todo lo que tenías planeado hasta ahora para convertir tu terraza en una habitación más de la casa.
Deja de lado esa idea tradicional de habitación como un espacio rígido y preconcebido, e imagina una habitación flexible, adaptable y cambiante. No tengas límites en cuanto materiales utilizados, colores, mezclas inesperadas… Puedes decorarla con muebles antiguos, esculturas e incluso pequeños objetos de tus viajes por el mundo que quieras lucir en ella. Hasta puedes colocar en alguna pared una pequeña biblioteca o aquel jardín vertical que siempre quisiste tener…
Si buscas un espacio muy funcional no descartes una pequeña cocina móvil en la terraza que te permita guardar vasos, vajillas… por si desayunas en la terraza, almuerzas u organizas cenas. Si tienes niños en casa, tal vez tu opción pase por crear un confortable y seguro parque infantil donde puedas jugar con tus hijos y retozar en un suelo mullido. ¿Y si prefieres que sea un oasis de libertad para tu mascota?
Luces, cámara, ¡acción! A convertir tu terraza
Convertir una terraza en una habitación a veces solo pasa por centrarse en dos elementos muy básicos para acondicionarla. El primero es instalar un sistema de cerramiento adecuado: de fácil apertura, con un diseño atractivo, que te permita abrir la terraza o mantenerla completamente cerrada cuando lo desees. Con esta decisión ya habrás ganado una habitación para tu casa, pero no una habitación cualquiera, sino el espacio con más posibilidades de tu hogar.
El segundo paso, importante, es la iluminación. Si vas a vivir tu terraza plenamente, en todas las estaciones del año y a cualquier hora del día, tendrás que pensar en iluminarla adecuadamente para cada una de estas situaciones. Recuerda: siempre luz cálida, regulable si puede ser y, por las noches, algunas velas y faroles. Así podrás crear atmósferas muy sugerentes.
No te olvides de hacerte con alguna lámpara de pie y apliques de pared, sobre todo en el caso de aquellas terrazas más amplias. Como norma, ilumina aquellos lugares donde vas a necesitar más luz. Por ejemplo, una lámpara de techo sobre la mesa donde organizarás tus cenas, o el rincón de lectura o de desconexión por las noches, cuando ya acuestes a los niños.
